Venezolanos hambrientos recurren a iglesia, que no tiene suficiente para ayudar a todos

SANTO DOMINGO, República Dominicana — Aun los días en que se pone en fila durante horas antes que abra la tienda en su vecindario en Caracas, Venezuela, Ernesto Salazar no está seguro de que podrá comprar artículos básicos de alimento, como la harina de trigo y el arroz.

Bajo un sistema gubernamental él puede comprar los artículos los jueves, pero algunos días los estantes de la tienda están vacíos cuando él entra. Él puede recurrir al mercado negro, donde los costos son exponencialmente más altos.

“O simplemente no comemos ciertos alimentos, o comemos menos”, él dijo a Catholic News Service.

“Hemos llegado al punto en que comprar alimento que comprar alimento puede ser un empleo en sí mismo”, dijo el mecánico automotriz de 33 años de edad, padre de dos. ” Algo tiene que cambiar”.

Largas líneas para comprar comida, escasez de medicamentos, inflación incontrolable, inestabilidad política han agarrado a Venezuela durante más de un año, empujando hasta el borde del colapso al país sudamericano de 31 millones de personas.

María Elena Febres Cordero, presidenta del Consejo Nacional de Laicos de Venezuela, dijo que cree que la profundizada ciénaga económica ha llevado a los venezolanos más cerca de la iglesia y los ha llevado a recurrir a sus parroquias y obispos buscando orientación. No obstante, la crisis no ha excluido la iglesia, aunque el público dependa más de los servicios que esta provee.

En Lara, estado del centro-oeste de Venezuela, padre Humberto Tirado dijo que ha reducido los días en que Caritas, la organización de promoción y asistencia de la Iglesia Católica, provee alimento y medicina, de uno semanalmente a uno mensualmente, debido a una falta de donaciones.

“Con las restricciones gubernamentales se ha tornado más difícil conseguir donaciones grandes a través de la oficina nacional de Caritas, así que estamos dependiendo de individuos”, él dijo durante una entrevista telefónica con Catholic News Service desde la parroquia Santa Rosa de Lima. “Y no he recibido ninguna donación de alimentos en dos meses”.

Mientras tanto, los residentes están yendo a la parroquia diariamente a pedir lo básico.

“Desafortunadamente hemos tenido que priorizar las personas que no tienen absolutamente nada”, él dijo. “No tenemos suficiente para responderle a todos los que necesitan ayuda”.

Ramón Antonio Pérez, periodista que trabaja en la arquidiócesis de Caracas y edita el blog El Guardián Católico, dijo que durante el año pasado ha sido testigo del sufrimiento humano causado por la escasez.

“En filas (esperando para comprar alimento) he visto mujeres y hombres desmayarse porque han pasado días sin comer. Es terrible ver y escuchar el llanto de los niños que mendigan alimento”, él dijo, “No es fácil. Pero la misericordia de Dios puede trabajar milagros”.

Febres Cordero dijo que el país, asentado sobre una de las reservas de petróleo más grandes del mundo, está casi irreconocible comparado con el país donde se crió.

“El Venezuela en que me crié era uno donde había oportunidades para educación, para una carrera, para un futuro”, ella dijo. “Eso tiene que ser reedificado”.

Mediadores internacionales planifican liderar charlas durante las próximas semanas para encontrar una solución a un enfrentamiento político entre el gobierno del presidente Nicolás Maduro y la oposición política, que tiene la mayoría en el parlamento. El 21 de julio Ernesto Samper, secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, dijo que ambos lados apoyan que el Vaticano tenga un rol en esas discusiones.

Pero los líderes católicos del país expresaron duda de que el gobierno actual pueda encontrar una manera de salir de los problemas. Los gobernantes “manifiestan incapacidad para solucionar los urgentes problemas del país”, dijo el arzobispo Diego Padrón Sánchez de Cumaná, presidente de la conferencia episcopal venezolana, cuando los líderes católicos se reunieron en Caracas a principios de julio.

“Un gobierno que no ha podido derrotar ‘la guerra económica’ y dar alimentos y medicinas al pueblo, aún más, negado a permitir que instituciones religiosas o sociales presten su concurso para aliviar las penurias y dolencias del pueblo, carece de autoridad moral para llamar al diálogo y a la paz”, dijo el arzobispo Padrón.

El gobierno de Maduro ha sido abofeteado por una crisis monetaria y un descenso en el precio del petróleo, su exportación principal. El Fondo Monetario Internacional dijo el 20 de julio que la economía venezolana probablemente se contraerá un 10 por ciento este año mientras los precios de menudeo aumentarán más de un 700 por ciento.

Maduro ha respondido a la crisis extendiendo un estado de emergencia y aumentando el rol de la milicia al promover al ministro de defensa, Vladimir Padrino López, a un puesto recién creado más alto que el gobierno. Maduro ahora enfrenta un potencial voto de recusación; los legisladores de la oposición dijeron el 19 de julio que han recibido suficientes firmas para proceder con el próximo paso para llamar a un referendo popular.

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