Miles de personas se reúnen para asistir a una Misa en celebración del espíritu del inmigrante en los Estados Unidos

LOS ÁNGELES — Muchos peregrinos de varias nacionalidades y procedencias marcharon varias millas, saliendo de diferentes puntos en California del sur, para unirse a otras miles de personas reunidas en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, en el centro de Los Ángeles, para asistir a una Misa especial en reconocimiento de todos los inmigrantes, el 17 de julio.

Los participantes trataron de elevar conciencia sobre la necesidad de una reforma de las leyes de inmigración en los Estados Unidos e hicieron un llamado para que se obre con solidaridad sobre este asunto, y para que todos se muestren misericordiosos y compasivos hacia los inmigrantes en este Año de la Misericordia.

“Celebramos el espíritu del inmigrante de las personas de nuestro país. Esta es la historia de los Ángeles, la historia del estado de California y la historia de nuestro país, que es una nación de inmigrantes”, dijo el arzobispo de los Ángeles, José H. Gómez, quien fue el principal celebrante de la ceremonia.

“Nos reunimos hoy para rezar por todos los inmigrantes y sus respectivas familias — del pasado, del presente y del futuro. Rezamos por una reforma de las leyes de inmigración en nuestro país, pedimos por nuestros funcionarios electos y por las personas de todo el mundo para que les abran sus corazones a los inmigrantes que llegan a su respectivo país”, dijo.

Entre los fieles los había pertenecientes de la arquidiócesis de los Ángeles, la diócesis de Orange y la diócesis de San Bernardino.

El 15 de julio, un grupo de personas de Lake Forest, de la diócesis de Orange, había iniciado una marcha de tres días, recorriendo unas 50 millas en su peregrinación para llegar a la Misa.

Se le dio el nombre a la peregrinación de “Siempre Adelante” y fue dedicada a San Junípero Serra coincidiendo que parte de la misma ruta él la había transitado con sus compañeros misioneros para fundar las nueve primeras misiones en California.

El 1 de julio fue el primer día en el que se celebró la fiesta de San Junípero, quien fue canonizado el pasado septiembre por el papa Francisco durante su visita a los EEUU. El nombre que se le dio a la peregrinación fue tomado de su lema: “Siempre adelante; nunca hacia atrás”.

Antes de la Misa, algunos inmigrantes, de diferentes orígenes, testimoniaron en público, incluyendo a Emiliano Leónides, uno de los dirigentes de la peregrinación de “Siempre Adelante”, quien por segundo año consecutivo asistía al evento. Leónides es catequista en la iglesia de Santiago de Compostela, en Lake Forest.

“Estoy aquí para pedirle a Dios y a todas las personas presentes a la Misa el reconocimiento que se les debe de otorgar a todos los inmigrantes y para que no se olvide todo lo que sufrimos en busca de nuestros sueños en nuestro trance de la frontera”, dijo Leónides. “Les estamos enviando el mensaje a las personas que están en el poder para recordarles que existe la necesidad de que se cambien las leyes para lograr una reforma completa de inmigración y para que se deje de separar a las familias”.

“Hago esta marcha con todos ellos para elevar conciencia sobre la necesidad de una reforma migratoria comprensiva y para que la gente sepa que en la Constitución se afirma que todos somos uno ante Dios. Dios ama a todos sus hijos e hijas”, dijo Lily Nguyen-Ellis, que también es feligresa de la iglesia de Santiago de Compostela, y que participo por primera vez en esta peregrinación.

“En este Año de la Misericordia, quiero demostrarles a las personas que la inmigración no se trata solamente de hablar sino de hacer y que todos, de una manera u otra, somos inmigrantes”, dijo Nguyen-Ellis. En 1984, cuando tenía 17 años de edad, entró a los EEUU sin permiso legal, procedente de Vietnam, junto con sus padres y cinco hermanos.

El día de la Misa, a las 4 de la mañana, un grupo de unos 20 peregrinos de la iglesia católica de la Sagrada Familia, de Wilmington, de la arquidiócesis de los Ángeles, iniciaron una jornada a pie de 20 millas hasta la catedral para ofrecer sus oraciones en solidaridad con todos los inmigrantes.

María Mejía, feligresa y ministra extraordinaria de la Sagrada Comunión dirigíó al grupo: “Nuestro país ha sido formado por inmigrantes y mientras veníamos a pie hasta la catedral rezamos por todos los inmigrantes y para que se logre una reforma de inmigración que sea justa y que honre toda vida humana”, dijo Mejía.

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