Santa María Magdalena nos recuerda de la necesidad que tenemos de rendir adoración, dice cardenal
CIUDAD DEL VATICANO — Los cristianos están llamados a ser como Santa María Magdalena, quien, al encontrar a Cristo, lo adoró. Acción ésta que, de cierta manera, ha perdido significado en la iglesia de hoy, dijo el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación del Culto Divino y Sacramentos del Vaticano.
Y dijo también, el 22 de julio, festividad de Santa María Magdalena, que la celebración nos recuerda de la necesidad de recuperar “la primacía de Dios y la primacía de adoración en la vida de la iglesia de hoy y en las celebraciones litúrgicas”.
“Tengo la impresión, y lo digo humildemente, que quizá los cristianos han perdido un tanto el significado de adoración. Pero pensamos: vamos al templo, nos reunimos como hermanos y es bueno y bello. Pero el centro está en donde esté Dios. Y nosotros adoramos a Dios”, escribió en un artículo que fue publicado el 21 de julio en el periódico del Vaticano “L’Osservatore Romano”.
El papa Francisco elevó la festividad de Santa María Magdalena para que se colocara en el calendario litúrgico de la iglesia el 10 de junio. El decreto se llamó en latín “Apostolorum Apostola” (“Apóstol de Apóstoles”) mediante el cual se formalizó la decisión, que fue publicada por la Congregación de Culto Divino.
Habrá que tomar en cuenta que la mayoría de las celebraciones litúrgicas en honor de santos, que se celebran durante el año en forma individual, se conocen como memoriales, las festividades están reservadas para eventos importantes de la historia cristiana y para santos que tienen especial significado, como los doce apóstoles.
Santa María Magdalena fue la primera persona que les anunció a los apóstoles la resurrección de Jesús, escribió el cardenal Sarah, y “como tal fue testiga de la divina misericordia”. Por tanto, su festividad es una ocasión para que hombres y mujeres profundicen en su respectivo papel que tienen como seguidores de Cristo, por medio de la adoración y del ejercicio de la misión.
La adoración, continuó, cuenta como lo más importante y “no los cánticos ni los ritos, por bellos que sean”.
Entonces, “¿Qué significa adorar a Dios? Significa que debemos aprender a estar con Él; que debemos detenernos en la carrera diaria y darnos tiempo de hablar con Él; que debemos sentir su presencia como lo que es más verdadero, el mayor bien y lo más importante de todo”, escribió.
El cardenal Sarah subrayó la necesidad de que “le demos a Dios el primer lugar” para poder encontrarnos con Cristo, con su misericordia y su amor. Y lo hizo citando los escritos de San Juan Pablo II, con motivo del 25 aniversario de la Constitución del Segundo Concilio Vaticano sobre Sagrada Liturgia, que lleva el nombre en latín de “Sacrosanctum Concilium” (“Concilio Sagrado”).
“María Magdalena es la primera testiga de este deber doble que tenemos: el deber de adorar a Cristo y el deber de hacer que se conozca por todos”, escribió. Y el cardenal Sarah dijo también que los cristianos pueden seguir el modelo que instauró “la apóstol de apóstoles” quien “sale de sí misma para dirigirse a Cristo por medio de la adoración y de la práctica de la misión”. Y esto lo podemos lograr centrando “nuestra vida en Cristo y en su Evangelio”.
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